Entre ninguna parte y el olvido
Entre las flores muertas y el carmín
Entre los días iguales y el futuro
Entre nada de nada sigo aquí.
Estoy cansado, el mejor estado para trabajar y vivir. Tienes horas y días de mucho quehacer y te remites a dar su afán a cada día. Cuando tienes horas por delante lees cansado y vuelves a mirar el correo y el reloj. No acompaña ninguna figura retórica exterior, tipo lluvia que hace daño en la cara. Hay un escritorio más limpio que lo habitual, El teléfono móvil, tres libros, dos manuales, un concierto en Muster año dos mil, tabaco y mechero, cenicero, dos tazas llenas de bolis. Mañana iré a donde no me gusta, pero si tuviera que ir a otro sitio no estoy seguro de que tampoco me fuera a gustar. La tragedia, el deseo, el poder… llegaron quizás demasiado tarde. No estoy seguro. Creo que lo puedo hacer.
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