4.6.09




… Pero aunque les parezca que el mundo gire en dirección contraria y los miserables, ineptos y pelotas ocupen los puestos de dirección… Siempre se puede mirar hacia otro lado, seguir tu rumbo sin interferencias, crear tu propio espacio. Ahí no tienes que dejar pasar a nadie. Bueno, solo a quien tú quieras, a quien dejes acompañarte. No tienes que rendirles cuentas, no tienes que dejarles entrar. La única venganza efectiva es resistirte a ser como ellos, mantener tu propia personalidad. Tu independencia. Tu mundo. Tu libertad.

Una de las maneras de ser libre y que me permite salir de la rutina, es acercarme al arte. Por supuesto, no a lo que dicen que es arte, no a cualquier cosa. Por ejemplo, en Madrid hay estos días más de setenta exposiciones, relacionadas con PHotoEspaña y no todas son conmovedoras. No he sido nunca un entusiasta de ese medio aunque sí de un ramillete de nombres que me han conmovido siempre. Coincidirán en que no hay nada más pesado que coincidir con un fotógrafo artista y que te quiera enseñar sus creaciones en su casa. Más de una vez he estado a punto de perder la paciencia ante los temas vacacionales o si el artista tiene además pretensiones…las luces de los coches difuminadas en la noche, primeros planos de flores o rostros de la novia del fulano a quemarropa “quetecomashastalsporos”.

Los fotógrafos que más me han interesado desde que los vi en clase se llaman Cindy Sherman, Cartier Bresson, Brassay, Man Ray… y sobre todo Walker Evans y Dorothy Lange.

El lenguaje fotográfico se explica en su potencia expresiva, en lo que nos muestra siendo capaz de prescindir de un discurso artístico fabricado ad hoc. El lunes fui a ver la muestra titulada “Los 70” y ví una muestra desigual y deslavazada. Con fotógrafos demasiado pendientes de un universo subjetivo que puedes creerte o no.

Pero ayer me fui a ver una exposición de la que esperaba más. Esperaba que me gustara porque sabía más del tema. Recordaba perfectamente esas clases y alguna fotografía. La Gran Depresión americana de los años treinta surgida del Crack del 29 y de un cúmulo de desgracias. Naturales y políticas. Las plagas de polvo y miseria. Las calles llenas de hombres parados y las carreteras calientes de vehículos trasladando a la gente hacia ninguna parte. Hacia algún rumor. Hacia alguna esperanza. Coches destartalados en las cunetas. Quemados. Desvencijados como metáfora de sus ocupantes. Y esto no es un discurso artificial de artista ni de Curator, es la vida mostrándose cruda como era en aquellos días para aquella gente. Es la vida severa como en ninguna hora de la verdad más la que toca, pero rebosante de talento por parte de quien nos la muestra. Arte en dos dimensiones que nos provoca vergüenza y violencia al vernos frente a algo muy grande, demasiado grande para verlo perfectamente vestidos de verano, cerveza en la mano, porque era el día de la inauguración.

New Deal-Franklin Delano Roosevelt, desde el 29 al 37, la Gran Depresión es el fantasma que recorre EE.UU., y quien le persigue a él se llama Dorothea Lange. Lo acosa y lo acorrala sin querer molestar a la gente, única protagonista de su obra. Gente americana que te mira y te atraviesa con su mirada desde la pared con su pobreza heroica y su dignidad eterna. Una fuerza brutal de expresión y de captación hace sobrar cualquier discurso. Incluso aquel que quisiera inventarse. El arte sin excusa. El que no tiene prisa. Eterno e invencible.






Y por si esas imágenes no fueran suficientes, la muestra nos ofrece fotografías de los “Nisei” sufriendo la deportación sin juicio, sin derechos, las primeras detenciones preventivas de la historia americana. Fotografías escalofriantes de ciudadanos abandonándolo todo, viajando e ingresando en campos de concentración. Angustia, miedo, soledad e indefensión en unas imágenes que fueron secuestradas por el ejército.

Doménico Chiappe, me contó el lunes que una editorial de EE.UU., a pedido a La Fábrica poder editar el catálogo en inglés de buena que es la expo y sus textos, que repito, son lo de menos.

Esta es una exposición que requiere tiempo. Que merece verse deteniéndose mucho y a menudo. Incluso al final se cierra con un estupendo documental subtitulado sobre la vida de Lange. Son muchas las fotos que te atrapan, que te exigen reflexión, concentración. Y que te reclaman más sentidos que únicamente la vista. Te piden que te pongas en su lugar con toda la honestidad de la que seas capaz. Serías sincero con ellas si supieras apreciarlas.

No duden en pasarse por la Fundación ICO en el carrer Zorrilla, detrás del Congreso. No todos los días nos traen algo tan bueno a casa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que fotaza la última (y la otra) que bien expresado coño chin, que música tan bien elegida.

Luis Pon.

Anónimo dijo...

Gracias Luis. Escribp' para ti y para Barrabaso. Jeje.

Quino Castro dijo...

Grande Dohothea... la Sra Lange. Si a veces Photoespaña tiene estas cosas, nos trae el trabajo de los mejores. Claro el resto tiene que pagar los gastos, me refiero a aquellos que hemos pasado por los Descubrimientos Photoespaña, solo hablaré del pasado 2008, estuve entre los elegidos, dudoso honor. Menudo mercado!!

V dijo...

La proxíma vez que vengas, avisa coño. Y cenamos y por lo menos pagamos a medias...

Anónimo dijo...

Barrabaso te lee con la misma encendida pasión de siempre por tus textos, tus fotos, tu música. Estemos donde estemos siempre quedará un lugar en nuestro corazón para los desheredados, si no somos unos mierdas, ya se lo dijo Ernesto a sus hijos, ostias!

Gracias hermano

Barrabaso