2.11.11

Pictures 5




Primero por la dignidad que irradia el protagonista, erguido con la bandera de su país, se le supone ya patriotismo y orgullo de pertenecer a una nación que no es cualquiera. En la película Mi gran boda griega, hay un dialogo donde uno de los secundarios dice en una escena - El mundo se divide en dos. Los que son griegos y a los que les gustaría ser griegos. A mí me gustaría ser griego en muchos aspectos, uno de ellos este. El hecho de llevar una bandera de mi país en una protesta contra los dirigentes del mismo, y no ser un filo-fascista.

El ciudadano marcha delante del edificio neoclásico del parlamento de su país en el sitio donde se inventó la democracia, donde se busco el consenso en las decisiones. Ahora que el primer ministro amenaza con preguntar a su pueblo sobre si hay que aceptar unas condiciones de préstamo, que liquidarían el estado de bienestar en Grecia prácticamente de por vida, los sátrapas gobernantes, en realidad mamporreros del gran capital en un consejo de administración que llaman unión europea, sancionan el uso de esa democracia. La democracia ya ni les vale cuando contradice a la banca y a los beneficios de los grandes inversores y ya, ni se molestan en ocultarlo.

El hombre de la bandera va armado con un silbato que le cuelga del cuello. La bandera griega y un pito para hacer ruido y protestar es la forma que le queda de oponerse a las decisiones que hipotecan los servicios públicos, que los eliminaran e igualarán su sanidad a la americana por ejemplo. Quien pueda que se la pague. Es impactante llegar a Estados Unidos y ver a ancianos de ochenta años encargándose de tirar de las maletas de los viajeros, maletas que abultan más que ellos. Quien quiera jubilación que invierta en un fondo de inversión de los que precisamente han provocado esta crisis, o simplemente que no la tenga. Que trabaje hasta que se muera.

En la valla del parlamento, detrás de él mientras camina, una pancarta amarilla con letras rojas en castellano. “No Pasaran” pone recordando la consigna de los defensores de Madrid. Esta ciudad y aquellos defensores, sigan inspirando tantos años después batallas ciudadanas actuales, prueba evidente de que la lucha se pierde si no se plantea, si se abandona, si no se da. Cuando se planta cara, cuando se ofrece resistencia, siempre, siempre se gana algo aunque se no se triunfe. Siempre podrá servir de inspiración a alguien a la hora de luchar por algo y no rendirse con su ejemplo en el futuro, como nos muestra esa pancarta actual en el parlamento griego.

Para rematar la imagen, a la izquierda del todo en una farola cuelga una pancarta que dice: “First we take the Banks then we take Berlín” ¿alguien da más a la composición de una fotografía?

Pdta: López Garrido, prócer de Nueva Izquierda (el Equo de hace diez años) que era un partido que nunca iba a acabar en el soe (como Equo), ha dicho esta mañana en la radio que "Los referéndum son para reformas constitucionales". Literal. Es socialista. Se dice de izquierdas. ¡Jugón Diego, jugón!!

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