La nave más ligera y la deidad intrépida
el mar soñado lo pintaron los griegos.
Lo acompañan los peces compañeros
el dios va relajado vela al viento
las parras nacen de él y apuntan al cielo.
Si el vino lo da la tierra, en la tierra nacen los hombres valerosos capaces de conquistar el mar para expandirse.
En las aguas helenas sucede.
Solo creo en Dionisos y en un ánfora eterna que acabe con mi sed.
La belleza no fue nunca más allá, y la vida es aquellos que nos mostraron.
Exekias lo vivió y lo puso en rojo y en negro. Si se acaban creencias , siempre quedan los griegos.
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