21.7.09

Como si fuéramos…, ilusos, capaces de dar algún valor a las palabras, como si la belleza estuviera al alcance de cualquiera, como si entre tú y yo no existieran suficientes convenciones. Como si a todo naciéramos ahora creyendo ser capaces de otorgar un valor especial a las palabras, en primera persona me puse a escribir de todo lo que no sabía. Venimos viciados de películas, de canciones, de Rilke y Paul Verlaine en el mejor caso, sintiéndonos caminantes del acantilado, a un lado el abismo a otro la gloria. La vida de verdad son nuestros sueños y así viene pasando lo que pasa. Miren y vean la patria de la vida y no toquen las palabras infinitas.

Frené en el borde del talud y me asome ensimismado de mí mismo. Aún estoy aquí mirando años después, y aunque me llamen al teléfono y me ponga, deben saber que a los de mi especie no les importan los demás aunque pongamos cara de interés cuando nos hablan. Habitamos la patria mellada del desastre, la verdad, el resto… no importa nada. No toquen las palabras infinitas que contienen las pruebas de la historia. Solo me puse a escribir de lo que no sabia, el resto es humo, silencio. Miren aquí el cadáver del poeta, no presenta a simple vista signos de violencia.

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