15.10.06
2 de Mayo del 96 y un desfile
Aunque ayer me acosté a las cinco y media, me he levantado pronto porque quiero ver el desfile del día de la Hispanidad. Me gusta ver al ejército en la calle, me gusta cómo bajan La Castellana, sólo echo de menos más armas pesadas. Cohetes o Katiuska… más tanques… Que el mundo viera de lo que somos capaces, y que respire aliviado de que no soy yo el Jefe del Estado. Porque entonces La Nación volvería a estar a la altura de su Historia. El caso es que anoche llegue tarde porque estuve en el club Garamon (Yo llamo “club” a todos los bares) y mientras sorbía un Bombay Azul, me acordaba de José Miguel Arrollo en la tarde el 2 de Mayo de 1996 en Madrid, y me emocionaba. Yo estaba ese día en Benidorm y me tuve que bajar a bañarme en la playa a espabilarme pegando pases porque acababa de ver a Joselito ponerse la muleta en la izquierda, dejar la mano derecha “tonta”, relajar los hombros y quedarse en su famoso desmayo en los terrenos de la verdad. Eso era torear. ¡Que faenones!
Qué hermosura ver a los paracaidistas bajar del cielo madrileño con la bandera rojigualda. Qué emoción ver pasar al tercio con sus tambores, su himno, su paso de 90 por minuto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Trento a mí también me conmueven esas tropas en la calle , los toros y esas misas de los domingos en la 2 viendo las distintas iglesias de la geografía española. Y es que así soy un poco más feliz con esa seguridad que nos llena el corazón el que todo siga igual.
Publicar un comentario