10.1.14

Noli me tangere



Un ratillo en el Prado. Luz fría de la mañana patética, relejada en los sinuosos pliegues. Composición en aspa, alarde renacentista. No me toques, que no pertenezco a este mundo. Que fría y azul túnica, señor. El color del ensueño, el color del arte, un color helénico y homérico, color oceánico y firmamental, que dijo Rubén. Mañana de paseo por el prado, como debió ser antaño. Il Correggio de Parma, matices suaves y difíciles acordes. Paisaje moderno, romántico, punto de fuga mediano al cuadro, alarde de juegos sensuales en las miradas. Pies cruzados en él en contraste con los brazos, entrega en ella. Museo del Prado, Madrid. De lo poco que nos queda.



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