1.10.12

Oct


Dias raros y aún más raros se revuelven contra nosotros. Camino por la calle Fuencarral y no conozco uno solo de los grupos que anuncian los carteles. Entro en la nueva librería de Callao y no tienen libros de deportes, porque los modernos no leen libros de deportes. A la hora de tratar a sus empleados dejan el progresismo en el escaparate y ofrecen contratos por obras al minuto. Ahora trabajas, ahora no... Dentro de un rato si, y tienes seis minutos para comer.

Bajo con Luis a la manifa y les digo a los maderos que soy compañero para que no me peguen. Ahora cojo un taxi y le digo al taxista que soy compañero. Al panadero también le digo que soy compañero, al taquillero del metro, al barrendero. Soy compañero y no me cobres, regálame el pan y no me pegues madero compañero. Que luego encima te das de baja y te invade una tristeza antigua, como de melancolía de Franco sin que lo hayamos ninguno de los dos casi conocido. Gracias a los que no se manifiestan y me fumo un puro por la quinta. 

Voy a urgencias y el médico me dice tras su diagnostico y mi asombro, que en esta vida nada es seguro. Que lo que me dice, es lo que dice el protocolo. Me callo y no le digo lo que sí hay algo seguro y me quedo con ganas de llamar a mi ex-doctora Judith, pero Judith está muy lejos y hace un año. Hace un año que vine de Grecia y me encantaría, y me da miedo volver. Volver lo antes posible. Mi economía va camino de la banca rota y están dispuestos a dejarme caer. Tariq Kirksay. S y habichuelillo, que alegrías.
Tariq... eres la polla.



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