26.8.11

Los maderos

Los maderos ya están denunciando acoso y linchamiento, y se están cogiendo la baja por depresión. Los maderos son esos cobardes que se ponen hasta arriba cuando van de antidisturbios a cargar en las manifestaciones, y cuando te arrinconan solo en un callejón aprovechan para llamarte de todo y ponerte hasta arriba de hostias. Esto, que es práctica habitual de la policía española y que da la medida de la calidad democrática del país, ahora no resulta tan barato como antes (recuerden aquellas hostias de “Puma 40” a Cristina Almeida en los primeros noventa. Al pobrecito le pillo una cámara y se tuvo que dar de baja por depresión) cuando si no había periodistas delante, tenían barra libre para pegar. Hoy cualquiera lleva un móvil y puede grabar al frustrado cobarde que le pega a una niña en la cara. Lo fuerte de la cosa no es lo que ha hecho, que ya estamos acostumbrados en España. Lo increíble es que cuando se los coge y se les denuncia, se den de baja por depresiones como secretarias estresadas.

Profundamente cobardes, solo atacan en jaurías como las hienas, profundamente cagones nunca dan la cara y cuando se les descubre lloran y se quejan como perras en celo. Antes sin cámaras, cuando denunciabas te encontrabas que tenias también una denuncia suya por agresión, ahora tienen más difícil esa contestación con imágenes mediante. Esas son las fuerzas de orden público que tenemos. Poco más o menos que las mismas que con el franquismo. Antes no sabían hacer la O con un canuto, hoy tienen el graduado pero no lo usan.

Escribo esto pasados varios días de las cargas y una vez comprobado que han sido más de una y más de dos los aporreos a indefensos que en nada estaban alterando el orden público en la calle o que estaban grabando para informar como cargaban contra los mismos. Se me podrá decir que los manifestantes no son pastorcillos de Belén ni pacifistas no violentos. A las imágenes me remito, se pueden encontrar en cualquier periódico digital. Yo estuve en la manifestación laica y lo único que vi con mis propios ojos era como al pasar por Jacinto Benavente, unos curas jóvenes me bendecían desde un lateral cosa que les hacía mucha gracia y que yo no les había pedido. Videos con insultos hay de todos los frentes, videos con navajazos a Martín Sagrera, un señor jubilado que repartía panfletos en contra de la visita, por parte de un papaflauta solo hay uno. Videos de peleas y alteraciones del orden público no he visto, los de los excesos policiales los ha visto todo el mundo.

No voy a entrar en el análisis de cómo han secuestrado los derechos de los madrileños estos dias pasados, como han discriminado por ejemplo a los miles de parados de esta comunidad, como se ha burlado en una palabra de los derechos ciudadanos. Como han cerrado partes de la ciudad y clausurado paradas de metro. No voy a entrar en como las tres administraciones del estado han hecho dejación de sus funciones, unas con entusiasmo y otras por miedo. En todas las mentiras que el arzobispo de Madrid incurre tomándonos el pelo a lo que no participamos de sus fastos. Tengo la teoría de que el nacional-catolicismo avanza a toda velocidad en España en forma de fascismo light, el pensamiento único-conservador lo está copando todo y esta inutilizando las defensas de la gente. Su capacidad de información, formación y pensamiento. Su propia libertad. Si para que todo eso se imponga por encima de cualquier cosa, tienen que demonizar a media ciudad, insultar, y por último pegar a quien circula por la noche, lo único de lo que te quedan ganas es marcharte de este país de mierda. De dejárselo entero y de que se lo repartan como quieran. Pero eso sí. Antes hay que denunciar a los cobardes y delicados antidisturbios que primero fostian a mujeres y luego se dan de baja porque se han hecho daño en su mano con la cara de una niña. Asco de país. Asco de… iba a decir gente.

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