13.11.10

Marcelino Camacho

Viniendo el otro día del entierro de Marcelino Camacho, me encontré con varios compañeros de militancia. Charlamos sobre el devenir de nuestras vidas en el transcurso de un viaje de autobús y nos fuimos auto-justificando y explicando las razones de nuestro apego o desapego a las siglas de un partido. Para mi la vida se distingue entre quienes tienen conciencia de clase (no conciencia social como muchas veces oigo auto-proclamarse a amigos de dar limosnas) y quien no la tiene. Supuestamente nosotros, nuestra gente gozaba de la superioridad moral de los elegidos. No cualquiera podía entrar a militar en el motor de la revolución y la vanguardia de la clase obrera.

Avanzando en el escaso tiempo de esa conversación de cinco paradas, concluimos que no éramos más que hombres. Hombres como el resto de los mortales de los otros partidos. Con unas aspiraciones más nobles sin duda de apego a unos ideales de justicia social y bonhomía. Pero hombres. Corrompibles por definición bajo cualquier sistema. Traidores y traidoras en cuanto se trata de apartarlos de la próxima lista electoral donde no van a ir, o corrompibles y capaces de hacer lo que sea con tal de volver a ir en la misma lista a aunque sea a base de traicionar hasta la última coma de nuestro supuesto ideal diferenciador del resto de la humanidad...

Me preguntaba Abelardo Martín, años de cárcel y honestidad a flor de piel en las manos, carrera en la universidad de Carabanchel a donde un día no hace mucho, me llevo a ver la celda donde estuvo años encerrado por querer la libertad en su país.

- ¿Por qué te apartaste tú que fuiste la gran esperanza blanca de la agrupación?

Sonreí a Abelardo y le hable de mujeres, de trabajo y de ataduras de la vida.

En realidad no supe decirle si fue el hecho de ver lo que pasaba en esas reuniones de dirección, a parte de mi falta de talento. No saber si estaría dispuesto a pactar según con quien ya se ocupaba de explicarme que los ideales eran una cosa y la política real otra…, y claro la política real era hacer cualquier cosa por seguir liberado en el aparato, o pactar con tu enemigo político para ir en puestos de salida en las listas a candidatos da igual a donde.

No le dije esto a Abelardo pero él lo sabia. Lo sabía él y lo saben los otros cuatro o cinco de esa generación que quedan con el ejemplo de quien se lo jugo todo por el ideal cuando había que jugársela.

No le dije que aunque seguía cotizando a nuestro carnet, ya había pasado a militar en el entertainment, en el rockandroll que es la división más activa del pensamiento único y el capitalismo. (La otra más grande es el fútbol, que también me toca)... Comprar discos…, ir a conciertos... "Esta es una manera como otra cualquiera de traicionar la revolución".


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Todo el día en casa rescatando apuntes y de vez en cuando ordenando discos. Hago inventario de los de Lou aunque tengo más de Clapton.

Los coloco por orden cronológico. Estoy deseando escuchar alguno del Metal-Trío. A Lou se le puede acusar de pedantería, pero no de no hacer lo que le da la gana. Lo mismo te saca a un maestro de Ti-Chi ha hacer ejercicios mientras canta Perfec Day, que hace una gira improvisando sonidos durante dos horas. Toca Berlín entero, o presenta sus fotografías. A ver si estos reyes me pido esos libros de fotos: Lou Redd´s New York, Romanticis y no recuerdo el otro. Para mi es uno de los tres grandes. Siempre recordare lo amable que ha sido cuando lo he tenido frente a frente. Tres veces, tres autógrafos en libros y discos. Supongo que dejara la mala leche para las preguntas con mala leche. ¿Lou, que fue de la Velvet?

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Veo en el telediario el desastre del Aiyun. La política exterior española se caracteriza por lavarse las manos de todo, no ofender a nadie y luego lamentar los muertos. Curiosa la posición de la oposición pidiendo la firmeza que ellos nunca ejercieron, cuando doblaban el literal espinazo ante el país más poderoso del mundo, fuera cual fuera la razón.

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Hecho de menos New York, en realidad hecho de menos cualquier lugar fuera de este país.



A man goes to Brooklyn


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Me gustan los discos, comprar un vinilo difícil de conseguir, haber podido juntar ese dinero o haber aprovechado una ocasión, es una de las sensaciones más placenteras que conozco. Acabo de conseguir el vinilo “The Future”, y según quien lea este blog sabrá entender la satisfacción de adquirir esa pieza, o vera absurdo pagar por un soporte que apenas vas aponer en el plato, suponiendo que tengas. Yo tuve muchos vinilos, mi padre ya los tenía. Poco a poco me fui desprendiendo de ellos porque no me merecían gran interés. Prefiero la comodidad del traga-galletas que lee compact disc. Más limpios y fáciles de manejar, tienen además un sonido nítido. Todo serian ventajas. Los problemas, o las virtudes que tiene el vinilo son completamente subjetivas entre sus entusiastas. La carpeta grande, El cuaderno de letras con fotografías grandes, el ritual de posar la aguja en el corte… todo respetable. Me estoy volviendo a dejar tentar por esa magia, entre otras cosas por que es lo que usa y defiende uno de mis gurus vitales. Ignacio Luzuriaga. Si el lo usa, tiene que ser bueno. No se sabe bien si su vuelta es una jugada más de las discográficas que en la enésima vuelta de tuerca al negocio, nos vuelven a vender los discos grandes, esta vez prometiéndonos un gramaje de 180 gramos en el vinilo, y una calidad acorde en la carpeta que lo guarda. Puede suceder que algunos tengamos el mismo disco con las mismas canciones en: A) Vinilo original, B) Cinta, C) compact Disk, D) Mini Disc, E) Mp3 de Itunes por ejemplo, F) compact Disc remasterizado con bonus en edición especial, G) El vinilo reeditado.

No es ciencia ficción, yo tengo álbumes de Bob Dylan y Leonard Cohen en todos estos formatos. Y estamos hablando solo de música pura y dura. Otro día quizás podamos hablar de los productos que generan los músicos al margen de su propia música. ¿Merchandaisisng? ¿Libros? Dejemos ese jardín para futuras excursiones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hostia la foto! qué grande! si le pones: Valen Calderon live on NYC parece un disco de los buenos!

R. de B. dijo...

eres un grande valentin!

V dijo...

Vosotros si que sois grandes