3.2.09

Frida, Flora and the Queen of Hearts

Ayer estaba viendo “The Office” en la tele, cuando oí ruido en el perchero. Me dí la vuelta, miré y veo a la gata “esparraguillo”, Frida, y a la “gordi”, Flora, poniéndose un abrigo y las bufandas roji-blancas.
-¿Dónde vais?
-Al fútbol.
-Pero si vosotras no podéis ir al campo, ¡que no os dejan entrar…!
-Que sí- dijo la Fridi.- Que nos ponemos en el fondo y no molestamos a nadie.
-Que lo veis por la tele, que yo os dejo la tele puesta y el carrusel…

Aunque no sé qué será peor. Cuando juega el Atleti fuera y lo vemos por la tele, la que se lía es pequeña. Cuando mete gol Forlán se me cuelgan las gatas de las cortinas, o se suben encima de la tele, o si la coge Agüero al borde del área… “MiauKun, miauKun, miauKun, miauKun…!”, montando una escandalera que se oye en todo el rellano.

¡Que brasas son mis gatas! Todo el día enredando.
Que si ponme un show del 65.
Que si no me gustan los friskies.
Que quiero jamón York y unas anchoas.
Que si échame un poquito de Rivera en el bebedero.
Que si a mi me gusta más “Blonde on Blonde” que “Blood on the Tracks”
Que si sácame tickets para Londres a mi también
Que si a mi me llevas a ver a Cohen que me gusta más…

Y si no, se enzarzan y se rompe la paz social de la casa:
Que si este cojín es mío y te vas.
Que si no bebas de mi agua.
Que si en el regazo de la dueña me pongo yo… Pum. La mano a pasear y ya está montado del titi (que diría mi querido Luís Sotillos). Carreras por la casa, disturbios...

Acostarse es otro show. En cuando ven que apagamos la tele, ya están las dos en la puerta de la habitación. Si se mete en el cuarto mi señora, ya están corriendo para adentro y luego tengo que sacarlas con el ratoncito. Cuando he logrado engañarlas y cerrar la puerta, empiezan los miaus, maramamiaus, que si “abre”, que “qué hay ahí dentro”…

Por la mañana cuando me levanto… Frida y Flora de porteras, y en cuanto abro la puerta de la habitación… Sprint… “Esparraguillo” me finta y me suele ganar, “la gordi” no, porque no tiene cintura. A ella la pones la mano delante y le da igual. Ella embiste como un torito hasta que la coges en brazos y la sacas.

Y los fines de semana… deseando que vengan visitas.
- ¿Va a venir el Chimo?
- No sé, a lo mejor.
- Pues llámale y me subo encima suyo a echar la siesta.
Y cuando viene gente, pues claro. Ya está la Frida.
- ¡Échame un chispacito a mí también! No, no. Barceló no. Échame Habana de ese de 10 que tienes.

Lo que les gusta es que venga la gente y haya cachondeo. Que salgamos nosotros ya no les gusta tanto. En cuando me cojo la chaqueta ya están en la puerta.
- ¿Adónde vais?
- Pues al cine, con vosotros.
- ¡Que no podéis ir al cine que no hay cine de gatitos!
- Que sí, que nosotras nos sentamos en la escalera y no molestamos a nadie….

Y venga la pelotera… Otra vez los miaus, que si nos vamos por la terraza, que si nos vamos a poner los palestinos y la vamos a liar de verdad, que si cualquier día te quemo los discos de Cohen…

Lo que se dice aburrimiento aquí no hay.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

si algún día se estudia a Valentin Calderon en las universidades este texto traera cola, aviso.

Anónimo dijo...

¿Y te pide chous del 65? Cago en el copón, nos ha salido tontita. Tú ponle del 91 y así no te da la lata.

Anónimo dijo...

La Frida es una salida, elegante y chula, estilo la Rosenvinge. La negra tiene un color etiope y un ojo a la virule. Las noches en casa de la Silvia y el Valenchin saben a vino bueno y pastel vegetal. Si te portas bien, te dan calabazas y un pastel de chocolate americano con un buen café. Como nos portamos requetebien, nos dieron cariño del bueno, calorcito humano de amigos.

En la casa de Barrabaso y su jefa hace frío serrano, que calentamos a abrazos.

Barrabaso