Leo
que España deporta inmigrantes saltándose las leyes, las propias, no
ningún tratado internacional ni reglamento europeo. Los cerca, los coge y
los pone de patitas en territorio extranjero. Fácil. Higiénico. Incluso
modélico, dicen los papeles de derechas que son todos. Solución
inteligente y humanitaria. No sé quién eres, no sé qué quieres y no sé
lo que te pasa, pero eres negro y vas a salir de aquí ahora mismo.
Marruecos, esa modélica democracia árabe donde no llegan las revueltas,
se apresta a darles su merecido y a ponerlos en un limbo ya que no tiene
frontera abierta con Argelia.
En
Buñol siguen otro método para los negros. Los simpáticos mozos de ese
pueblo de también simpáticas y entrañables fiestas, los tiran por el
puente después de robarles. Se ve que entrando en la catarsis festiva,
pierdes la perspectiva y ya da igual arrojar un negro que un tomate. Eso
sí, al negro previamente le intentan robar que es algo muy tradicional
en toda España también. Ver a alguien desasistido e intentar
aprovecharse. No entro en la hermosa tradición de tirar comida.
Me
da vergüenza hablar de ese tipo con pendientes de brilli-brilli al que
quieren tanto en todos los campos de futbol de España. Me da asco vamos.
Por
cierto, leo que Mou se querella con Carlos Boyero por llamarle este,
“nazi portugués”. Se mosquea el amiguito de los ultras porque alguien le
dice lo que es.
En
Kosovo se siguen quemando casas de serbios, se los sigue persiguiendo y
atacando, mientras por otra parte la unión europea exige a Serbia que
normalice sus relaciones con los kosovares, y que las cimiente a largo
plazo. En el corazón de Europa se rechaza y margina, se condena y
humilla continuamente al país responsable de que hoy no llevemos
chilaba. Tanto como Grecia en las Termopilas. Alemania sigue vengándose
de la nación que la derroto con irregulares en las montañas. Primero
apresurándose a desmembrarla, a reconocer a su principal aliado en la
segunda guerra mundial sin vergüenza de que reponga el mismo escudo y
bandera que exhibieron cuando eran nazis. Y segundo ninguneando
continuamente sus esfuerzos por aceptar las condiciones de la pulcra
Europa. Ninguneando incluso físicamente a su presidente.
Se
barrunta que el puticlub de Adelson se instalara en Madrid. Se podrá
saltar la ley y el estatuto de los trabajadores para ponerlo. Todo el
mundo sabe que es una invitación a que se instale la mafia y la
prostitución. Da igual. En estos tiempos todo da igual. Todo vale.
Supongo que Esperanza Aguirre considerará esto “lenguaje criminal”
propio de regímenes autoritarios. Suprimir las becas a las familias que
no pueden comprar los libros a sus hijos, y financiar con ese dinero
público colegios del Opus Dei sí que es criminal.
Escucho
cantos de sirena del dylanismo patrio por nosequé de un disco que sale.
Consulto a mi gurú Dylanita (valenciano, porque también en Valencia
está lo mejor de España entera) y a bote pronto me rebaja las
expectativas. No es TOOM, aunque quizás si tenga canciones. Que tenga
canciones quiere decir, que quizás tiene algo más que esa canción
continua de infinitas estrofas que de años acá publica Dylan en todos
sus discos. Esa que lo mismo puede ser “Times Have A Changed”, pasar a
ser “Tell Old Bill”, o terminar siendo “Huck´s Tune”. Ojo, miembros del
monoteísmo integrista! no digo que sea malo. Digo otra cosa. Además no
he cobrado y no sé cuando lo voy a hacer. No hay vinilo ni camiseta de
Serbia que valga. Ser pobre es no tener para comer, pero también no
poder ir al teatro.
No
sé qué radio escuchar por las mañanas. Radio nacional se ha ido
definitivamente al carajo, y a Carlos Santos lo han puesto a las tres a
hacer nosequé clásicos musicales. Vuelvo el lunes a la ser y aguanto a
Pepa Bueno, pero a las once sale Genma Nierga con su tono ñoño y sus
fieles escuderos, Millás, Rioyo, …toda la mierda made in prisa de
siempre. Vuelvo a mover el dial pero no encuentro nada. Por la tarde
juego al baloncesto con Luis. Luis iba a clase con Felipe Reyes y algo
se le pegó. Da igual, mi tiro de cuatro metros y mi gancho del infierno
cerca del aro, fulminan al pívot ramireño. Lo malo es que la gasolina me
dura diez minutos y me tengo que sentar a descansar. Hala, a jalimbear.
Que pa eso siempre ahí.
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