Por primera vez me sumo a la “madrugá” del jueves
santo. Eso si, en esta procesión no cargo con un palo sino con una muñeca de
carne y hueso y cuatro kilos de pellejo. Procesiono por mi habitación bordeando
la cama y ya a las siete de la mañana la acuesto no muy convencida.
Las televisiones me retrotraen al franquismo de mi infancia,
cuando el país se paraba una semana y en la pantalla solo aparecían los
miembros del Klan. Ahora los bares no cierran y comemos carne, pero la
televisión pública, la que pongas (por supuesto con tele Madrid a la cabeza) te
retransmite a los siniestros nazarenos tirando o cargando con los muñecos.
Grima da ver en Málaga al actor Antonio Banderas dándolo
todo y pegando voces con el himno de la legión. Otra más de las razones que
hacen de este país un sainete. El ejercito se suma a participar del carnaval
religiosos, armado y por la calle, y con el madero a cuestas. Estamos
acostumbrados a todo tipo de patochadas por parte del ejercito (la última no me
la esperaba, lo reconozco. Torturar a prisioneros en territorio ocupado solo lo
creía capaz de los profesionales del terrorismo del ejercito USA), lo que
sorprende más es ver a Banderas de esa guisa.
Entre mis pasos particulares, entre bibe y gases releo a
media lámpara a Eduardo Haro Tecglen. De los mitos de juventud, Haro me aguanta
mejor el paso del tiempo que Umbral, al que también vuelvo en estas noches.
Haro de hecho me parece lo más lucido del periodismo español el los últimos 30
años. Aunque ahora redescubro con alegría un periódico online con grandes
articulistas. http://www.eldiario.es/ no obstante le falta alguien capaz de
ofrecer algo a diario, capaz de esos reflejos que ofrecen la continuidad lineal
más absoluta en la actualidad. Claro que es muy difícil escribir todos los días con
talento y capacidad de análisis, y más sin repetirse. Y más sin ser de la ETA, que diría Cristina
Cifuentes.
Me levanto casi siempre molido y con esa sensación de estar
medio dormido. Luis Barcenas es real. Era el tesorero del partido que gobierna
la nación y ha defraudado millones de euros al fisco, al gobierno, y los tiene
en Suiza. Y el gobierno sigue en pie. Como si nada. Siguen con el golpe de
estado y el derrumbe programado de los servicios públicos y preparan una nueva
ofensiva contra quien ingenuamente, se creé libre. http://www.eldiario.es/sociedad/Gobierno-prepara-estrategia-apoyo-familia_0_115489098.html
Entro en el nuevo blog de Ignacio Luzuriaga. Mermelada de vinilo y
Celuloide
Lu es el mejor periodista de música y cine que conozco. Sus crónicas
son autenticas piezas literarias, que le salen natural. Sin darse importancia.
Sin jugar con ese bien tan preciado que es la cultura. Quiero decir, siendo
culto de verdad jamás le he visto chulearse de nadie como dice mi sobrino
Jaime. Nunca le he visto presumir de sapiencia, dándole sopas con ondas a
cualquiera.
Termino la segunda temporada de Homeland (gracias a Tony Kuratti que me pone los chismes) y las criticas de
Arte de Pepe Hierro, y Actualizo el camiseterio baloncestistico.
http://tuesquenoparasnunca.blogspot.com.es/
http://tuesquenoparasnunca.blogspot.com.es/
Milos Teodosic me alegra la tarde con tres o cuatro cositas de esas que él tiene. De esas que me la ponen dura y por las que merece la pena ver algo. (¿Puede ser que hasta me guste físicamente?)
Por la noche entre paseos, sigo mirando noche estrellada en
penumbra. Ya he dicho otras veces lo que me transmite.
El anhelo de infinito contigo
La intensidad total que me contagias
Los cipreses que median entre la tierra y el cielo
La distancia entre estar a tu lado y estar sobrio
las lenguas de llama oscura que penetran en el cielo
Las olas de mar salado con las que te recorro.
Árboles severos que se dan al baile entre el viento.
El árbol milenario de mi clase que me pega a la tierra.
Sobre el horizonte, una estrella luminosa que apaga la franja justamente debajo.
Tu estrella que miro en la ventana en la noche cerrada.
Montañas de perfiles bimorfos que serpentean como olas donde no existe el mar, solo tierra y fuego.
Entre casa de locos y crisis místicas, la violencia se desata en los lienzos, la velocidad del que quiere detener el tiempo en el límite de lo visible. La nebulosa se enciende en espiral, la luna naranja es a la vez sol. La aguja de la iglesia, perfil en negro en el fondo del pueblo. Sin perspectiva encima las capas de cielo, las estrellas de núcleo de coral, el horizonte eterno.